Se hace dificil ser objetivo en un momento de tanta emoción, intentar hacer un análisis lógico, apegado a la realidad, es casi imposible. Cómo hacer una crónica cuando el corazón le grita al oido a la razón? No se puede.
Este proyecto que se empezó a formar en diferentes instancias, susurrandolo a veces, frágil por momentos, a punto de fracasar en otros, pero siempre soportado en el trabajo, la dedicación y el sueño de verlo concretado.
Este proyecto que fue poco a poco sumando voluntades, que fue creciendo en el interior de cada uno de sus integrantes, que fue haciendose cada vez más plural, hasta llegar a lo que es hoy, cuando con orgullo podemos decir: "el Cruz del Sur es de todos", sin que sea un frase hecha o un slogan para endulzar oidos.
El camino no fue sencillo, tuvimos golpes de todo tipo y de todos nos levantamos, de cada caída este grupo se levantó, más fuerte, más unido, más convencido de lo que quería y con la convicción de que en nuestro interior teniamos la fuerza para cambiar la pisada.
Aprendimos mucho más de esos momentos que de los partidos que ganamos o de los momentos de alegría.
La mayor prueba la afrontamos en Cuartos de Final, ese fue el golpe que nos faltaba para solidificar el grupo, el abrazo que nos dimos con Matias en la mitad de la cancha después que el jugador rival erró el penal que nos metió en Semifinales, es el resumen de todo lo que significa el Cruz del Sur. Un grupo heterogeneo, que se fue armando sobre la marcha y hoy se encuentra por encima de resultados, adversidades o individualismos.
Lo del domingo pasado será inolvidable para todos, más allá de que muchos han ganado cosas más importantes que un ascenso en una liga amateur. Va a quedar en el recuerdo de todos como un momento diferente, un domingo de felicidad, llegando a cumplir el sueño de llegar a la A con un grupo unido de pibes que la mayoría no se conocían hace 5 meses.
Por mi parte solo me queda darles las gracias a todos y cada uno, gracias por una alegría tan grande, por enseñarme todo lo que me han enseñado en este tiempo, por hacerme cagar de risa en momentos dificiles, por confiar en mi criterio, por perdonarme errores, por bancar mis calenturas cuando no me dejan hablar en las reuniones, por permitirme conocerlos.
No voy a tener nunca suficientes palabras de agradecimiento para todos. De verdad.
Como dijo Jorge Valdano: "en ningún lugar aprendi tanto de mi y de los demás como en una cancha de fútbol". Los quiero mucho.
Momento irrepetible... vaaaaamo el Cruz carajo!!!